¿Qué es y por qué es esencial para la salud de tu piel? 

La piel es un complejo sistema anatómico formado por multitud de distintos elementos, cuyo equilibrio es crucial para que mantenga un buen funcionamiento y un aspecto saludable. La elastina es uno de los elementos estructurales de la piel responsable de su consistencia y elasticidad características.

Te contamos qué es la elastina y para qué sirve, pero también por qué se pierde, cómo afecta a tu piel y qué podemos hacer para regenerarla o conseguir aportes extra que nos ayuden a conservar la piel en su mejor forma. 

¿Qué es la elastina? 

La elastina se define habitualmente como una proteína con funciones estructurales, es decir, que contribuye a mantener las características morfológicas básicas de la dermis y su matriz extracelular. Dicho de otra forma, es uno de los elementos que integran y sostienen los diferentes tejidos del cuerpo. 

Sin entrar a detallar su conformación molecular a base de diversos aminoácidos, podemos imaginar la elastina como un entramado de fibras de aspecto ramificado que se encuentra en numerosos órganos y sistemas de nuestro organismo, por ejemplo: arterias, ligamentos, cuerdas vocales, pulmones y, por supuesto, en la piel. 

¿Cuál es la función y los beneficios de la elastina? 

No es difícil suponer, a partir de su propio nombre, la principal cualidad de la elastina: la elasticidad. En efecto, estas fibras están especializadas en soportar deformaciones y esfuerzos mecánicos, por lo que se localizan en especial en zonas con grandes necesidades de expansión y contracción. 

La elastina presenta algunas cualidades realmente llamativas. Estas fibras pueden estirarse hasta alcanzar una vez y media su tamaño en reposo, y es un material con una enorme resistencia a la fatiga (como se aprecia en pulmones o arterias, donde soporta presiones considerables y cientos de millones de ciclos de extensión y relajación a lo largo de toda una vida). 

La elastina suele aparecer asociada al colágeno (por ejemplo, cuando hablamos de flacidez facial) y en la piel, una pérdida de esta se traduce en la mencionada flacidez, arrugas y fragilidad. 

¿Por qué la piel pierde elastina? 

Una piel rica en elastina es sinónimo de una piel tersa, firme y turgente. La dermis es el “hogar” de la elastina, ya que ahí encontramos los fibroblastos responsables de su síntesis. No obstante, y aunque la elastina es de metabolismo lento y se podría decir que envejece al mismo ritmo que lo hacemos nosotros, es frecuente encontrarnos con una pérdida acelerada o prematura de elastina. ¿Por qué? Si queremos buscar culpables bien podríamos apuntar a las metaloproteinasas, pero eso es poco decir… 

  1. Por un lado, está el ineludible paso del tiempo. Cuando envejecemos la capacidad de síntesis de los fibroblastos se va ralentizando, y la reparación no alcanza la velocidad de degradación de estas fibras; cuando falla el colágeno que les brinda resistencia, las fibras de elastina pueden romperse con facilidad. 
  2. Por otro lado, están los factores externos de envejecimiento cutáneo habituales, y muy particularmente los daños producidos por una exposición excesiva a los rayos solares; el foto envejecimiento es así el enemigo número uno de la elastina, siendo también grandes influyentes la contaminación ambiental y los hábitos de vida no saludables. 

¿Cómo ayudar al cuerpo a generar elastina? 

Unos hábitos saludables para la salud cutánea ayudan a proteger la elastina. Entre ellos estarían los métodos adecuados de protección contra la radiación solar (evitar exposiciones prolongadas y en horas críticas, utilizar protectores solares de alta protección ), una buena hidratación de la piel (tomando mucha agua y con productos humectantes) o unas buenas pautas de descanso y alimentación. 

Además, determinados nutrientes potencian la formación y la estructuración de la elastina, y podemos encontrar dichas sustancias en diversos alimentos. Los más importantes son: 

  • Vitamina A: El retinol y los carotenoides son el principal agente generador de elastina para la piel.
  • Vitamina C: El ácido ascórbico también ayuda a minimizar el deterioro y pérdida de elastina.
  • Zinc: Este mineral es imprescindible por su efecto antioxidante
  • Azufre: Favorece la producción tanto de colágeno como de elastina, y lo tenemos en abundancia en el marisco, la carne roja, la semilla de calabaza y el brócoli. 

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